Desenvolupament de persones i equips

Usted está aquí:Inicio»Eva News

A menudo nos llenamos la boca acerca de la importancia del equipo. Somos conscientes y estamos convencidos de que la clave del éxito de una organización y de sus proyectos pasan por el equipo. Le destinamos recursos, herramientas tecnológicas para comunicarnos mejor, mesas de indicadores… ¿Pero cuántas horas destinamos a hablar del equipo?

En general los equipos a duras penas dedican tiempo a hablar sobre circunstancias del día a día, sobre quédeben hacer. Pero pocas veces hablamos del cómo lo hacen: ¿Cómo trabajan y cómo se relacionan para lograr los resultados?.

No es fácil encontrar el espacio / tiempo para hacerlo. Ni tampoco el responsable del equipo sabe demasiado cómo hacerlo. Pero no hacerlo aumenta el riesgo de manera exponencial de enquistamiento de problemáticas intrínsecas que impactan directamente a las personas y los resultados del equipo.

No destinar recursos a hablar del equipo es como abonar un campo de minas en el que los horarios, los turnos, los espacios, la manera de comunicarse del responsable… terminen explotando.

El campo de minas de los equipos sanitarios

Los factores de riesgo se magnifican en entornos de presión, con recursos cada vez más ajustados. Un ejemplo son los equipos que trabajan en ámbitos sanitarios.

En estos entornos, es fundamental normalizar que en los equipos hay desajustes respecto a las expectativas. Y a partir de aquí compartir los desajustes para que, desde el respeto, todos los miembros del equipo puedan expresar su malestar y lleguen así a acuerdos.

Desde Feedback, y a través de unos programas estructurados en cápsulas de 2 horas específicas para el ámbito sanitario, se crean espacios de confianza donde los equipos hablan sobre una temática escogida previamente para responder a sus inquietudes actuales o futuras.

El equipo escoge la temática a abordar de una lista de opciones reales que dificultan el buen funcionamiento: compartir información para alcanzar los resultados esperados; la atención excesiva en lo que hacen los demás; la asunción de la responsabilidad (individual) y la corresponsabilidad (equipo); el miedo a proponer iniciativas; la falta de ilusión, alegría y esperanza …

El modelo de efectividad en 3 dimensiones

Feedback, junto con un equipo de profesionales referentes en equipos de alto rendimiento de prestigiosas instituciones ha diseñado un modelo de efectividad de los equipos basado en 3 dimensiones: propósito (para qué), personas (positividad en el equipo) y herramientas (productividad en el equipo).

De estas tres dimensiones, se derivan 12 temáticas que recurrentemente hay que potenciar en los equipos: la comunicación sincera, la responsabilidad, la gestión de los conflictos, la autonomía, los valores, las emociones positivas, las reuniones…

El equipo escoge aquella cápsula temática que cree que puede ayudar más a que el equipo mejore y consiga mejores resultados. Feedback se encarga de crear un espacio de confianza, apertura, respeto y reflexión, para que los equipos puedan obtener herramientas que les ayuden a alcanzar sus objetivos.

«Hemos roto el hechizo que hace años que soportábamos»

La experiencia del programa en diferentes equipos ha sido del todo exitosa. Un responsable de equipos afirmó al final del programa: «Hemos hablado de cosas que no nos habíamos dicho. Y lo hemos hecho con respeto, escuchándonos. Hacía tiempo que no pasaba».

El optimismo generado se traducía en frases de otro participante que aseguraba: «Si hacemos lo que nos hemos propuesto en el plan de acción, este equipo llegará donde se proponga».

Alguien hablaba de romper una inercia de hace muchos años: «Es como si se hubiera roto un hechizo que llevábamos muchos años soportando. Más allá de la magia creada (empezar exponiendo tu estado emocional es un puntazo), me he quedado con puntos concretos muy útiles. Mis compañeros me han transmitido el mismo».

Desde Feedback, seguimos trabajando en la investigación de modelos de gestión para crear equipos de alto rendimiento. El programa de cápsulas para equipos de alto rendimiento sanitarios son fruto también del trabajo en equipo junto a: Jose Manuel Alonso Varea, Victoria Conesa, Marga Segarra, Carol Westerman, Jordi Vilà, Alberto Catalán y Tana Cores.

¿Cómo cuestionar las creencias limitantes? Afirmaba con rotundidad una adolescente de 17 años: «Mis amigas caen más bien a los demás, son más inteligentes que yo». Y añadía: «Es que no hago nada bien». En conjunto, un conjunto de opiniones y creencias que configuraban su verdad. Y no la verdad, sólo la suya. Es lo que tiene que hacerse caso a uno mismo.

Todos tenemos opiniones y creencias sobre cómo son las cosas, los demás y uno mismo. A veces estas creencias nos abren opciones y nos hacen una vida más fácil y feliz. A veces, todo lo contrario, nos hacen sentir mal, nos empequeñecen…

Cada uno lleva por defecto creencias que no hemos elegido. Es como si nos hubieran cargado un lápiz de memoria con pensamientos que no sabemos ni siquiera de dónde vienen. Algunas creencias nos son útiles. Otros no lo son en absoluto y, por ello, debemos aprender a mirar estas creencias para identificarlas, cuestionarlas y revisar con rigor su grado de fundamento.

Cabe preguntarse: ¿Cómo sabes que es verdad? De dónde lo has sacado? Identificar los pensamientos automáticos como «No hago nada bien» y cuestionarlos es un gran ejercicio que nos permite, después, gestionarlos como nos parezca.

Gestionar los pensamientos significa escoger en qué queremos creer o nos conviene creer más.En el caso de esta joven por ejemplo, la creencia «es que no hago nada bien» se transformó en: hago bien algunas cosas (por ejemplo…) y no hago tan bien otros. A base de ir haciendo este ejercicio, terminamos creyendo en otras cosas que nos convienen más y nos hacen más felices y eficientes.

No debemos ser víctimas de nuestros pensamientos. Los pensamientos y las emociones nos secuestran en un primer momento, pero nosotros elegimos cuánto tiempo nos quedamos con ellos. Nuestros pensamientos son tan poderosos que pueden crear realidades. Como decía Santiago Ramón y Cajal «El hombre puede ser escultor de su propio cerebro».

¡Bienvenido miedo!

jueves, 13 octubre 2016 7:24

Viernes 29 de julio. Un amigo me dice:

-Hoy es mi último día de trabajo antes de las vacaciones. Me he dejado la piel en el trabajo, mi jefe me hace una mala evaluación de un proyecto y cuando se va no me dice adiós ni me desea buenas vacaciones… Creo que me quiere despedir”.

-¿Lo vas a hablar con él en algún momento?

-No.

La realidad es que el jefe nunca le despidió. Y cuando le pregunté «¿tienes miedo?» respondió de manera immediata que no, aún sabiendo yo que sí. A veces en sesiones de coaching, si el cliente ha expresado literalmente tener miedo y yo repito sus palabras, este suele desdecirse indicando “bueno, miedo no…”. ¿Por qué no nos permitimos tener miedo y aceptar que lo tenemos? 

El miedo es una de las emociones estigmatizadas socialmente, como muchas otras. No nos está permitido tener miedo porque nos dicen que somos cobardes, gallinas…

No hay emociones buenas y emociones malas. Todas cumplen su función. También el miedo.

El gran paso de transformación es la aceptación. Tomar conciencia y asumir que tenemos miedo es el primer paso de la transformación. En cuanto aceptamos que lo tenemos, podemos actuar en los distintos ámbitos en los que se manifiesta:

– En el ámbito emocional: compartiéndolo con un amigo, buscando ayuda externa, escuchando música, viendo una película que nos provoque sonrisas…

– En el ámbito físico: haciendo deporte, meditación…

– En el ámbito del pensamiento: registrando nuestros pensamientos y las emociones que nos despiertan. De esta forma, identificamos cuáles son los pensamientos que nos limitan y podemos transformarlos.

Las preguntas, una vez aceptado que sentimos miedo, son: ¿cómo me puede ayudar?¿qué quiero hacer con él? y ¿qué haría si no tuviese miedo?. Y ahí esta la clave, en el autoconocimiento. En cuanto asumo que tengo miedo y me pregunto que dice de mí este miedo, me estoy descubriendo un poco más.

Así que las emociones no son buenas ni malas, sino una fuente increible de aprendizaje en el autoconocimiento de uno mismo que se traduce en activación a la transformación personal. Bienvenido miedo, una emoción legítima.

    [anr_nocaptcha g-recaptcha-response]